viernes, 17 de abril de 2015

Semana del Periodismo, Semana para creer



"Vale la pena malvivir por este oficio". Con esta afirmación Juan Cruz, periodista y escritor, cerraba su intervención en la I Semana del Periodismo, una brillante iniciativa organizada por la Delegación de Estudiantes de la Universidad Carlos III. Durante toda la semana personalidades del mundo del periodismo se han pasado por las aulas para compartir con nosotros sus experiencias y vivencias en esta maravillosamente agotadora profesión que es el periodismo.

Desde que comencé la carrera allá por el mes de septiembre, el oscuro e incierto futuro que muchos profesores nos vaticinaban a los que en ese momento empezábamos esta carrera de fondo, plasmó en mi mente una idea tan paradójica como angustiosa: "Somos el futuro de una profesión sin futuro"

La desprofesionalización, la "crisis del papel" y el continuo cierre de medios parecían reafirmar esta teoría y dar la razón, muy a mi pesar, a todos aquellos que desde aquel día en el que tuve claro que el periodismo era mi futuro me recordaron una y otra vez que ganarse el pan como periodista es algo así como encontrar un aguja en un pajar. 

Sin embargo, estas palabras de Juan Cruz han hecho que me replantee esa afirmación, dándole una vuelta de tuerca: ¿Y si en vez de ser el futuro de una profesión sin futuro, somos el futuro que busca una profesión que perdió el suyo hace ya algún tiempo?.

Soy de los que piensan que mientras haya una historia que necesite ser contada y un público dispuesto a escucharla el periodismo seguirá existiendo. Soy de los que piensan que mientras haya buenas personas el periodismo seguirá existiendo, pues como dice Xavier Aldekoa "el periodismo ayuda a crear buenas personas, empezando por el periodista" .

Palabras como la de Juan Cruz, como las de Óscar Gutiérrez y como las de tantos otros que nos han brindado desinteresadamente parte de su tiempo, han traído de vuelta, al menos para mi, la ilusión por seguir adelante. La ilusión por reflotar una profesión que agoniza bajo el yugo de una crisis que se han inventado aquellos que no han sabido adaptarse a los tiempos. Porque no es una crisis lo que martiriza al periodismo, no, es un proceso de cambio en el que el revisionismo no tiene cabida alguna. Una ruptura con los esquemas tradicionales, en ningún caso con la esencia, del mismo modo que lo hicieron las Vanguardias en el arte y la literatura a inicios del siglo XX. Y es aquí donde entramos en juego nosotros, el futuro. Nos toca jugar a ser Picasso o Borges, a reinventar el periodismo como ellos hicieron con la pintura y la poesía. Debemos sacar al periodismo del pozo en el que no se merece estar, y solo nosotros podemos hacerlo.

Pero esta Semana del Periodismo, a la que estaré siempre agradecido, ha despertado en mi otros sentimientos además de la ilusión. Por encima de todos, el orgullo. El orgullo de ejercer, como dijo el hoy hace un año fallecido Gabriel García Márquez, "el mejor oficio del mundo".  

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