Nadie podía imaginar que aquel 11 de julio de 2011 Röbin Soderling acababa de jugar su último partido ATP. Fue la final de Bastad, en su casa, en la que venció cómodamente a David Ferrer, logrando así su décimo y último título.
Conocido por su potente derecha, su frialdad y, sobre todo, por ser el único hombre capaz de vencer a Nadal en Roland Garros (2009), no hizo "muchos amigos" en el circuito, tachándole en ocasiones de antideportivo. Él mismo declaró "he venido aquí a jugar al tenis, no a hacer amigos".
Destaca su rivalidad con Nadal, una rivalidad que fue más allá de la pista con diversos "incidentes", como el ocurrido en Wimbledon 2007 (véase el vídeo al final del artículo).
Llegó a ser top 4 en la ATP y en 2011 anunció que una mononucleosis le apartaba temporalmente de las pistas.
La mononucleosis o enfermedad del beso es una de las más temidas por los tenistas, ya que su síntoma principal es la debilidad física, que puede llegar a convertirse en crónica. El propio Robin reconoce que intentó volver a las competición, pero en los entrenamientos observó con impotencia como le fallaban las fuerzas.
Hoy en día es el director de los torneos de Bastad y Estocolmo, actividad que compagina con la de comentarista en algunos torneos de los circuitos, así como con su recién estrenada paternidad.
A pesar de este desafortunado final, el tenista sueco no guarda rencor: "Por primera vez en mi vida no pienso en mi mismo, tengo otras prioridades (ha sido padre). Podría haber sufrido esta enfermedad con 18 o 20 años, pero me llegó con 27 y puedo decir que he hecho carrera".